Estupendo artículo de Francisco Escoda Patrón sobre nuestro #ProyectoMIR en la web de VIU – Universidad Internacional de Valencia. Muchísimas gracias por tus palabras.
«La capacidad de la música para «curar» es una cuestión que se ha considerado a lo largo de la Historia de la Humanidad (desde pruebas procedentes del Antiguo Egipto, continuando con pasajes bíblicos y el pensamiento de los grandes filósofos griegos, hasta las distintas conceptualizaciones procedentes de los diferentes modelos que conforman la Musicoterapia, algunos de ellos reconocidos por la Organización Mundial de la Salud).
En la actualidad, la presencia de la música en hospitales de todo el mundo es cada vez más común, dando lugar a una lógica e interesante discusión sobre el papel y los límites que deben tener los distintos modelos de aplicación de elementos musicales en el tratamiento y atención de los enfermos que se encuentran hospitalizados.
Así, los musicoterapeutas prestan especial atención en no confundir la práctica musical en un hospital con la aplicación de un protocolo de intervención para obtener unos resultados concretos.
Por supuesto, también por parte de médicos, músicos y pacientes existe en ocasiones un escepticismo que puede y debe ser entendido como algo positivo mientras no conduzca a la negación irracional de la función coadyuvante de la música en diferentes parámetros indicadores del, pese a todo, complejo concepto de «salud» o «enfermedad».
Por eso me gustaría detenerme en el proyecto MIR (ingenioso juego de siglas: Músico Interno Residente), que la Asociación «Música en Vena» lleva a cabo en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Porque algunos elementos hacen que esta iniciativa pueda suponer un antes y un después en la relación música-medicina, o por lo menos darnos una serie de datos contrastables que, seguro, serán de gran utilidad en un futuro.
En el siguiente enlace se puede encontrar un resumen bastante clarificador de la propuesta:
En primer lugar, el proyecto incluye como elemento fundamental la realización de una investigación empíricasobre la eficacia de la música en la mejora de variables fisiológicas y psicológicas del paciente. Por lo tanto, los resultados obtenidos, además de poder extrapolarse a otros departamentos, pacientes y hospitales, podrían aportar una información fiable, válida y generalizable. Y eso ya es una gran noticia para poder hablar con datos en la mano a aquellos escépticos de mente abierta a los que me refería anteriormente (además de poder realizar los correspondientes estudios de replicación, ampliación y análisis de factores, etc.).
En segundo lugar, se trabaja directamente el propio concepto de salud (que hoy en día debería incluir siempre la calidad de vida, el menor consumo de sustancias, la disminución del estrés o el aumento de la franja del dolor); en nuestros días, ya no tiene sentido calificar de “no efectiva” cualquier acción que afecte positivamente a los parámetros anteriores, aunque no ejerza un efecto directo sobre la patología concreta subyacente, ya que en muchas ocasiones son esos parámetros, y no la patología, los que causan verdaderamente la percepción de “enfermedad” al que los sufre.
En tercer lugar, y algo que como músico me satisface especialmente: se da una oportunidad laboral a jóvenes músicos recién egresados de sus respectivos Grados y Másteres, y una gran oportunidad vital, como algunos de ellos mencionan en el enlace anteriormente propuesto.
Esto implica, por una parte, un respeto hacia el trabajo que un músico realiza cuando interpreta su instrumento, y por otra, una experiencia de realización personal íntimamente ligada a la labor a la que se han dedicado durante al menos quince años, con mucho más de la mitad de sus vidas.
Es triste afirmar que a lo largo de su futura carrera musical se encontrarán con algunos momentos en los que no sentirán ese respeto al trabajo y esfuerzo realizados, por lo que formar parte de proyectos como el de Música en Vena en colaboración con el Hospital 12 de Octubre de Madrid supone una gran noticia también para los músicos y no solo para los pacientes beneficiados con esta iniciativa.
Aunque la repercusión mediática del proyecto MIR ha sido notable, dejamos dos enlaces a modo de ejemplo (a mi entender, especialmente acertado el resumen “investigación y empleo” que realiza Ana Pastor en su artículo)»